miércoles, 6 de julio de 2016

Cuando sexualidad y paz se encuentran


¿Has leído alguna vez el libro del Cantar de los Cantares? Este librito se encuentra en el Antiguo Testamento de la Biblia, es un libro relativamente corto, algunos dicen que fue escrito por el rey Salomón, pero según la mayoría de los expertos en temas bíblicos, no se tiene idea de quien lo escribió; lo interesante de este librito, es que tiene un alto contenido erótico expresado en lenguaje simbólico, aveces directo, basta con leerlo detenidamente para descubrir en él, el erotismo que existe entre el amado y la amada, pero también hay romance, y del más poético.

En el capítulo 4, versículo 4 del libro Cantar de los Cantares, encontramos estas palabras:

"Tu cuello, cual la torre de David,
es de elegante estructura;
de esa torre penden mil escudos,
¡todos ellos escudos de valientes!"

Aunque cueste creerlo y entenderlas, estas pocas palabras son un elogio, son palabras de admiración. Para ponerte en contexto, el libro entero del Cantar de los Cantares es un diálogo entre el amado y la amada, un diálogo de admiración y deseo mutuo. Este capítulo 4 es una parte donde el amado describe su admiración por la amada.

Si eres mujer y estás leyendo esto, podrías estar pensando que estas palabras no se parecen en nada un elogio, digo ¿a qué mujer le gustaría que le dijeran que su cuello es como una torre?, aunque sea elegante la torre, sigue siendo de piedra. Entonces ¿Cómo entender estas palabras?

Vayamos por parte.

"Tu cuello", obviamente pasaban cosas en el alma del hombre cuando pensaba en el cuello de su amada, ¿Qué pasaba?

"Cual la torre de David, es de elegante estructura", esta era una alta torre en la ciudad de Jerusalén, una elegante torre que se podía ver desde cualquier parte de la ciudad, incluso, la torre se podía ver a kilometros de distancia de la ciudad, en realidad, era una de las primeras cosas que los peregrinos veían de la ciudad, la torre de David.

"De esa torre penden mil escudos, todos ellos escudos de valientes", Ahora, cuando Jerusalén estaba en guerra, sus soldados, equipados con armas y "escudos", iban a la guerra a enfrentar a sus enemigos. Es decir, que cuando no había guerra en Jerusalén, los escudos estaban colgados en la torre de David, ese era un símbolo de paz.

Cuando los peregrinos lograban ver a lo lejos la ciudad de Jerusalén, en lo primero que se fijaban, era en la torre de David, y si la torre reflejaba la luz del sol, es porque los escudos estaban colgados en ella, entonces los peregrinos entendian que hay paz en Jerusalén, encontraremos descanso y protección en Jerusalén, decían, la violencia no será parte de nuestra llegada a la ciudad. Jamás encuentro violencia en ella, dijo el amado.

En resumen de esta primera parte, lo que el amado encuentra en el cuello de su amada, es una experiencia de paz, ninguna forma de violencia.

Ahora, de vuelta al contexto del libro entero, en su erotismo y romance, la experiencia de pareja, la experiencia sexual, además del placer que vivían, era un encuentro sexual que a ambos les producía paz.

Pensándolo bien, la experiencia sexual de estos dos personajes del libro del Cantar de los Cantares, no involucraba tan solo el cuerpo, sino también el alma de cada uno; ellos entendían que en el otro no solo encontrarían placer; también encontrarían la paz mutua, la confianza absoluta que nos lleva no solo a desnudar el cuerpo frente a otro, sino también desnudar nuestras almas sin temor a ser condenados por lo que surga desde nuestro interior.

Hoy en día, hay un fuerte culto a desnudar el cuerpo, pero esconder el alma, es decir, buscamos el placer pero sin encontrar la paz; es así que muchos utilizan el cuerpo del otro de manera egoísta buscando su propio placer, sin compartir placer y sin proveer paz. Tal vez, estos antiguos judíos nos llevaban la delantera en lo que es la experiencia humana de pareja, tal vez.

¿Que podría recomendar con esto?

Tan solo invitarlos a leer este fascinante libro que encuentras en el Antiguo Testamento, y tal vez, aprender a transmitir un poco de paz en cada uno de tus encuentros de pareja, no solo en lo sexual, sino en la integridad de esa aventura de caminar de dos.

El amado no encontraba violencia en su encuentro con la amada ¿Qué encuentras tú? ¿Qué encuentra tu pareja en ti? ¿Paz?

Con cariño

Keno

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